Poco conocidos hechos sobre Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo.

Los siete dolores que padeció la Virginal representan el sufrimiento de María a lo extenso de toda una vida al unirse al sufrimiento de su hijo, Dios.

2 Lágrimas de temor por los propios pecados. Son las de los que se levantan del pecado por temor al castigo: el temor les hace lamentar. Su motivación no es perfecta, pues no hay necesariamente arrepentimiento.

4º. Les adivinaré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

“Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas.”

Cuantas son vuestras miradas, tantas son las espadas que traspasan vuestro cándido y enamorado corazón; cuantas llagas veis en el cuerpo de vuestro Hijo, tantas heridas se imprimen en vuestra alma; cuantas espinas traspasan las sienes de Jesús, tantas son las saetas que hieren vuestro tierno pecho; y clavada os antesalaáis con Jesús, Él en el cuerpo, y Vos en el alma.

Rezar los 7 Dolores de la Virgen es una manera de expresar bienquerencia y devoción hacia María, confiando en su intercesión y buscando imitar su ejemplo de entrega y fidelidad a Altísimo.

Escasamente llegado el divino Isaac Cristo a la cumbre del Calvario, sitio destinado para el sacrificio de su infinito apego, cargado con el enorme peso de la cruz, llagado, cansado y sin aliento, sin concederle descanso ni alivio alguno, le arrancan los crueles verdugos la corona de espinas para retornar a hincársela luego con más crueldad; le quitan en seguida sus vestiduras, rasgando y abriendo más y más con esto las innumerables llagas y heridas de que estaba cubierto su santísimo cuerpo, le tienden sobre la cruz, le dislocan con la anciano violencia sus miembros, le clavan de pies y manos en la cruz, y la enarbolan en presencia de Jerusalén, a pinta del cielo y de la tierra, para que sean testigos de su ignominia. A todo esto, estaba presente la desolada Inmaculado, madre del más conspicuo y puro bienquerencia.

7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la bienestar eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y Gozada infinito."

Estas cosas han sido dichas por Cristo y sobre Cristo en la Sagrada Sagrada escritura. Pero veamos ahora las evidencias de su divinidad, las cuales podemos clasificar en cuatro categoríGanador:

Deplorar no es imperfección cuando el motivo del llanto es santo. Deplorar no es intención de debilidad, sino de fina sensibilidad. Sentir a impulsos del simpatía divino es un don de Todopoderoso, don que solo a grandes almas se concede.

4. «Les alcanzaré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas.»

Rezar el Rosario de los Siete Dolores de la Virgen María es una práctica devocional devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima que nos permite unirnos a la Origen de Alá en su sufrimiento y encontrar consuelo, fortaleza y confianza en su intercesión maternal.

Los siete dolores de la Casto que meditamos especialmente en el rosario llamado Vencedorí, son los siguientes:

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